El cabo del fin del mundo

Finisterre, Fisterra en gallego, ha atraído a viajeros desde la antigüedad, movidos por estar en los confines de la tierra.

Finisterre

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Para los romanos, este era el punto más occidental de la tierra, donde se acababa el mundo: el finis terrae. Ya sea por curiosidad o para vivir la aventura de ir al fin del mundo, desde la antigüedad el Cabo de Fisterra ha sido un destino para los viajeros de tierras lejanas. Y lo sigue siento hoy en día, aunque sin la adrenalina de saber que se está en los confines de la tierra. ¿Por qué? Este cabo de la Costa da Morte de Galicia atesora paisajes y playas de vértigo, desde donde se ve cómo el sol cae en la inmensidad del océano atlántico. Su popularidad también pasa por formar parte del Camino de Santiago: el Cabo de Fisterra se convirtió, y sigue siendo, un atractivo especial para los peregrinos.

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