
Dice una leyenda que la Calzada de los Gigantes se formó durante la lucha entre dos gigantes que se lanzaban piedras. Sin embargo, la geología apunta a que las misteriosas formaciones rocosas del lugar se crearon por el enfriamiento de la capa superior de lava hace millones de años. Aún así, estas columnas de basalto que se asoman al mar, siguen fascinando a los miles de visitantes que cada año las visitan. Caminar por encima de rocas con formas hexagonales y descender hasta que el océano se besa con la tierra es una experiencia bucólica que no hay que perderse en un viaje a Irlanda del Norte.