
Construida por la población de Wakefield a mediados del siglo XIV, la Capilla Chantry de la Virgen Santa María se erigió con la intención de actuar como capilla para las almas de los muertos. Y así fue durante un tiempo, hasta que en el siglo XVI dejó de hacerlo en el marco de la Reforma Protestante, cuando un miembro de la familia Savile de los magnates de Yotkshire la compró. Durante los siguientes siglos cambió de rumbo y se usó como quesería, oficina o redacción. Ya a finales del siglo XVIII, los magistrados de West Riding (el organismo responsable del mantenimiento de los puentes) compraron la capilla para mantener el puente, que empezó midiendo 3 metros y acabó alcanzando los 9.
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