
La Peste Negra y las Guerras Husitas diezmaron la población de este enclave de Bohemia (República Checa) hasta el punto de terminar con la vida de aproximadamente 40.000 personas. A pesar de la tragedia, las muertes no fueron en vano y se utilizaron como material decorativo en la construcción de la capilla de Kutná Hora. Desde calaveras que recubren altares, vitrinas y paredes, hasta tibias o fémures que hacen de cálizes e incluso lámparas de araña.
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