Toda curiosidad sobre el Mar Caspio comienza por una apreciación: no es estrictamente un mar, es un lago, pero al ser salobre y tener unas dimensiones similares a la de toda Alemania o Japón siempre se le consideró mar. Y como la RAE acepta "una gran extensión de agua" como acepción del mismo, no se puede considerar un error. Eso sí, este criterio choca con el geológico, que considera mar a la gran masa de agua salada que cubre el planeta y sus subdivisiones. De ahí que el nivel del mar sea precisamente el marcado por esta gran superficie a la que pertenecen todos los mares y océanos del mundo. Excepto unos pocos.
Esto es lo que sucede con el Caspio, un inmenso lago emplazado en la mayor cuenca endorreica del mundo y cuya altitud media es de 28 metros por debajo del nivel del mar. De ahí que las ciudades que lo flanquean se ubiquen en este rareza geográfica, destacando entre todas ellas Bakú, que supera a Ámsterdam (-2m) como la ciudad ubicada a mayor profundidad del planeta. La capital de Azerbaiyán, además de este hito, se ha convertido en los últimos años en una de las urbes más inquietas de Cáucaso. La riqueza de los yacimientos de gas han impulsado una metrópolis que puede presumir de tener desde una Ciudad Vieja patrimonio de la Humanidad en perfecta preservación hasta uno de los grandes iconos jamás diseñados por Zaha Hadid: el centro Heydar Aliyev.