
Se conoce popularmente como Camino de la Muerte, pero eso no es suficiente para frenar a los cientos de personas que pasan cada día por esta carretera. Construida por prisioneros paraguayos durante la guerra del Chaco en la década de 1930, esta carretera une La Paz con Coroico, en la cuenca amazónica de la región de Yungas, nombre con el que también se conoce el camino. El recorrido, de entre 70 y 80 kilómetros, tiene aproximadamente tres metros de ancho y acantilados de hasta 600 metros sin apenas guardarrailes. Es el único lugar de Bolivia en el que es obligatorio conducir por la izquierda, para que la visibilidad sea mejor.
Esta carretera está salpicada de cruces y flores que recuerdan a personas que perdieron allí la vida, siendo uno de ellos el mayor accidente automovilístico del país: en 1983, un autobús se precipitó y perdieron la vida más de cien pasajeros. El lugar, que muchos años alcanzaba más de 100 o incluso 200 muertes, ahora se utiliza mucho menos por la ruta alternativa que el gobierno inauguró en 2009. Aun así, se ha convertido en toda una atracción turística y muchas personas siguen usándola por la belleza de sus paisajes a pesar del riesgo que conlleva.
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