En lo alto de una colina habitada desde la Edad de Bronce se erige un edificio de la realeza, construido en el lugar en el siglo XII: el castillo de Edimburgo. Lo más sorprendente de todo esto es que la edificación está ubicada sobre un antiguo volcán de alrededor de 350 millones de años, que hoy se conoce como la colina de Castle Rock. El castillo, construido en honor a la reina Margarita, está rodeado de acantilados y su único acceso es a través de la famosa calle Royal Mile.
Es el monumento más visitado de la ciudad y la atracción más visitada de toda Escocia. A lo largo de los años, el castillo de Edimburgo se utilizó no sólo como residencia real, sino también como prisión y guarnición del ejército. Como muchas otras fortalezas, tiene su propio fantasma, conocido como Lone Piper, un gaitero que entró para investigar unos supuestos túneles secretos y que nunca salió de allí, pero al que, según dicen, aún se puede escuchar tocar su instrumento.
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