
No es de extrañar que los alemanes tengan una palabra para designar a aquellos castillos que se crearon y siguen perteneciendo a una misma comunidad de propietarios y herederos: Ganerbenburg. Y es que no era tan común como se cree que un castillo tuviera solo un propietario, y más teniendo en cuenta el coste de construcción y de mantenimiento de estos edificios. Esto es lo que le sucede a este icónico baluarte ubicado sobre el río Eltzbach. Conocido como Burg Eltz, aún tiene tres dueños herederos todos de una misma estirpe pero que con el tiempo se fueron solidificando en tres ramas que aún siguen diferenciadas: los Rübenach, los Rodendorf y los Kempenich.
En la actualidad, esta división no solo se palpa en los diferentes estilos de esta preciosa construcción, también en las áreas abiertas al público ya que en la actualidad solo se pueden visitar las salas de los Rübenach y de los Rodendorf. No obstante, esta anécdota no afecta a la contemplación del que es una de las joyas góticas civiles de Alemania, además de ser uno de los pocos edificios medievales que no han sufrido daños ni desperfectos en este país.