
Tres fechas han marcado a esta prodigiosa construcción ubicada en una localidad al sur de Newcastle. La primera, 1072, cuando los normandos levantaron un castillo de estilo mota y bailey para consolidar su invasión y control de la región. Fue entonces, con las futuras ampliaciones del mismo, cuando esta fortaleza se convirtió también en sede episcopal, ejerciendo una doble función militar y religiosa. Anexa a ellas se construyó la catedral, principal reclamo de Durham, y poco a poco el baluarte fue perdiendo importancia a la vez que su construcción vecina la adquiría. La segunda fecha fue en 1837, cuando el obispado local decidió ceder gran parte del castillo a la universidad que había sido fundada unos años antes, dándole un uso que hoy sigue vigente puesto que en la torre principal se ubican las estancias y dormitorios de hasta 100 estudiantes. El último hito, el de 1986, cuando todo el conjunto fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.