Un plano exterior de un campanario gótico, un interior catedralicio y, de repente, un hombre joven irrumpe en la nave de crucero. Segundos más tarde, una mujer se contonea al ritmo de bachata en la puerta de una sala capitular absolutamente fascinante. La canción avanza y los dos se juntan en el corazón del templo. No se aprecia demasiado, pero de fondo está la rejería que protege un coro decorado con relieves en madera de los principales episodios de la Reconquista. No hay duda, es la catedral de Toledo, una de las joyas Patrimonio de la Humanidad de España y que, contra todo pronóstico, asoma como un protagonista más del último videoclip de C. Tangana junto a Nathy Peluso. Una oda a la provocación, a las incoherencias y a los nuevos tribunales de la Santa Inquisición. Y, casi sin quererlo, es el mejor homenaje que un cantante como este puede hacerle a esta joya, contextualizándola en su plena majestuosidad.