Las lápidas y las cruces de sus tumbas han hecho que este cementerio de Sapantza sea uno de los cementerios famosos del mundo. Los epitafios explican sucesos sobre la vida del fallecido, algún episodio humorístico, la noticia de cómo falleció o alguna enseñanza.
El epitafio dedicado a Stan Iona Patras dice que fue a él a quien se le ocurrió la construcción de estas singulares tumbas. Después de la Segunda Guerra Mundial, este artesano local tuvo la genial idea de grabar epitafios y dibujos en las cruces que sus vecinos le encargaban para los funerales de los seres queridos. La idea fue un éxito entre los habitantes de la pequeña localidad: fabricó un total de 700 cruces hasta su muerte en 1977.