
Esta superficie reseca de arcilla y arena de colores rojizos y oxidados es uno de los lugares más secos del planeta, tanto que los árboles muertos, lejos de descomponerse, se petrifican como la silueta de lo que antaño fueron. Murieron hace unos 900 años y ahora las ramas de estas acacias son la atalaya improvisada de los cuervos del Namib.
El desierto del Namib tiene fama de ser el más antiguo del mundo, se calcula que ya existía hace unos 65 millones de años. Una amplia parte de él se encuentra protegido por Parque nacional de Namib-Naukluft, el área de conservación más grande de África. Precisamente, la zona conocida como Dead Vlei es el paraje más popular de este desierto tan especial en el que, además del cementerio de árboles, se encuentran algunas de las dunas de arena más gigantescas del plantea, ¡alguna tan alta como un edificio de sesenta pisos!