Algunas pueden ser tan altas como una persona y otras elevarse decenas de metros hacia el cielo. Esculpidas por el viento y el agua hace millones de aguas sus indescriptibles estructuras confunden y maravillan por igual. En algunas partes de Norteamérica se les otorgan propiedades mágicas y no es para menos. Su mera visión hechiza al viajero que se perderá intentando descifrar cómo la naturaleza puede crear formaciones que escapan al entendimiento humano.