
Sobre una enorme caldera de un antiguo volcán ya apagado, se asienta esta localidad conocida como la ciudad de plata. El motivo: el magma y el calor del lugar hicieron emerger una gran cantidad de minerales y la minería comenzó a ser el sustento de la mayor parte de los habitantes de la ciudad durante la Edad Media. Banská Štiavnica es una ciudad de Eslovaquia cuyas minas de plata enriquecieron a la población, llenándola de palacetes, iglesias y mansiones lujosas. La actividad minera era tan intensa que, en su apogeo, llegaron a extraerse 15.000 kilos de plata al año, lo que la convirtió en una de las ciudades más pobladas y ricas del Imperio Austrohúngaro.
La riqueza de la ciudad se invirtió en investigación, llegando a fundar la primera universidad técnica del mundo, pero la extracción de plata y otros minerales decayó a mediados del siglo XIX y terminó en 2001 con el cierre de la última mina. La población, incluida en la lista de Patrimonio de la Humanidad en 1993, es considerada una de las más bonitas del país por sus edificaciones, como el castillo viejo de Starý Zámok y la plaza de la Santa Trinidad, además de la Torre Klopačka, el Castillo Nuevo y el Museo minero.
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