
Entre los siglos XII y XIII, el que era por entonces reino de Hungría hizo un llamamiento a los sajones transilvanos para que se instalaran libremente en sus fronteras a cambio de protegerlas contra los enemigos. En aquella época, Sighisoara (ahora perteneciente a Rumanía) no era siquiera una ciudad, pero su castillo se fue rodeando de un asentamiento que acabó formando una población. El potencial del lugar atrajo en 1431 al noble Vlad Dracul II y a su esposa embarazada, que dio a luz al archiconocido Drácula. Si por algo fue conocido el temido niño ya de adulto fue por su gran odio contra los otomanos y sus sistemáticas torturas contra ellos y otros enemigos.
Los rumores de que se bebía la sangre de sus víctimas fue el punto de inflexión para que Bram Stoker viera en su historia una inspiración para la que sería su gran obra maestra. Hoy en día, la casa donde nació Dracula es una de las más antiguas y mejor conservada de la ciudad y se puede visitar. Pero esta ciudad medieval tiene muchos más encantos, como la Torre del Reloj, un excelente mirador donde ver desde la altura el casco antiguo y las diversas torres repartidas por doquier. También Las Iglesias de la Católica y el Monasterio Dominicano, junto al edificio del Ayuntamiento y otras casas con más de cuatro siglos de historia son un gran incentivo para acercarse en un viaje a Rumanía a esta coqueta población.
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