Entre los siglos XVI y XVIII se construyó una de las catedrales góticas más tardías de Europa: la Santa Iglesia Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y de San Frutos. Más conocida como la Catedral de Segovia, ha sido apodada ‘la dama de las catedrales’ a raíz de la definición que Emilio Castelar, presidente de la Primera República de España, hizo de ella. Situada en la Plaza Mayor de Segovia e inscrita como Patrimonio de la Humanidad en 1985, es el mayor templo católico de la ciudad, una de las que más iglesias posee en el país.
En su interior hay pinturas de varios artistas de distintas épocas: El Llanto sobre Cristo muerto de Juan de Juni, el tríptico de Ambrosius Benson, El Árbol de la Vida de Ignacio de Ríes o El Cristo yacente de Gregorio Fernández, entre otros. En la parte central de la sala se encuentra la tumba del infante Don Pedro, y dentro del recinto también puede visitarse una pequeña sala museo con obras de artistas como Sánchez Coello o Pedro Berruguete.
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