Un detector de mentiras de hace casi 400 años

La Boca de la Verdad es una misteriosa escultura que ha acabado convirtiéndose en una atracción turística de Roma

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Roman Holiday (1953), la pequeña joya cinematográfica de William Wyler que acabó convirtiéndose en el más famoso de los panfletos turísticos de la Ciudad Eterna, tiene una escena deliciosa (en realidad, la película es una colección de escenas míticas) en la que el periodista Joe Bradley (Gregory Peck) le gasta una broma a la princesa Anna (Audrey Hepburn) usando para ello la Boca de la Verdad (Bocca della Verità, en italiano): cuando Joe explica a la princesa la leyenda según la cual si un embustero mete la mano la boca se la arrancará, se lo muestra introduciendo la suya propia. Una vez dentro, la esconde bajo la manga de su americana, con lo cual Anna se lleva un buen susto.

Más allá de la leyenda y de la fama cinematográfica, no se tiene certeza alguna de a quién representa ni tampoco la utilidad que tuvo en su día. Se sabe que data de alrededor del siglo I y que podría tratarse de Neptuno. Quienes quieran probar su honestidad, la escultura se encuentra en un lateral de la Iglesia de Santa Maria in Cosmedin, construida sobre un antiguo templo de Hércules en Roma en el año 1632. Por si acaso, es aconsejable no jugar con la escultura si uno es un mentiroso compulsivo a lo Jim Carrey.

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