El valle, también nombrado aquí bolsón, de Fiambalá apena dista, en línea recta, unos cientos de kilómetros de Atacama. Esta referencia no busca ubicar al lector, pero sí que es útil para comprender la aridez de un paraje que se ubica a más de 1.500 metros de altitud. Las excasas precipitaciones, que apenas llegan a los 160 mm anuales, marcan el aspecto áspero y desértico de un lugar que, sin embargo, guarda más de un hito.
Y es que las conocidas como dunas de Tatón se han erigido, en los últimos años, como un escenario inesperado para los deportes extremos ya que poseen una cualidad única en el mundo: más de mil metros de desnivel. Entre todas ellas destaca el médano Federico Kirbus, una montaña de arena que se eleva por encima de los 2.800 metros, teniendo su base en los 1.600, por lo que supera los 1.200 metros de altura total. Desde su cima, además, regala una vista privilegiada ya que muy pocas cumbres alrededor se elevan por encima de ésta.