Javier Sánchez

En Francia no hizo falta tener un desierto para tener dunas. Parece un requisito indispensable pero no es así, y es que en el suroeste del país galo, dominando la entrada de la bahía de Aranchón y rodeada completamente por el mar y un bosque frondoso se encuentra la duna de Pilat, la más grande de Europa. Más de 100 metros de altura, 500 de ancho y 2.700 de largo. Estas son las medidas de un coloso de arena que se cree que se formó durante el siglo XVIII a raíz del colapso de un banco de arena oceánica.
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