En el sudeste de Perigord existe un pequeño municipio que durante siglos basó su economía en una tradición de ferias y mercados que la enriquecieron cada vez más. Sus calles y edificios románicos y góticos erigidos durante la Edad Media y los palacios del Renacimiento son ejemplo de ello.
En un paseo por Sarlat-la-Canéda, o simplemente Sarlat, hay que visitar la catedral gótica y la casa renacentista de Etienne de la Boétie, discípulo de Montaigne, aunque existen un total de 65 monumentos históricos que hacen de esta ciudadela medieval desarrollada alrededor de una gran abadía benedictina de origen carolingio todo una joya arquitectónica de Francia.
Los pueblos medievales más bonitos de Francia
La ley Marlaux la protegió del modernismo, permitiendo así que conservara sus callejuelas y monumentos intactos, especialmente los tejados de piedra de Lauze. Al visitar este pueblo, casi mil años de historia de la arquitectura se suceden monumento tras monumento entre techos y fachadas de pizarra.
LOS PRINCIPALES MONUMENTOS DE SARLAT
Casa de La Boétie
La famosa residencia de Étienne de La Boétie fue mandada a construir por su padre entre 1520 y 1525. Su arquitectura muestra la influencia del estilo del Renacimiento italiano y destaca por su impresionante fachada con grandes ventanales y por el característico tejado de pizarra.
Catedral de San Sacerdote
Dedicada al obispo que llevaba el mismo nombre, fue clasificada como monumento histórico en 1840. Aunque el estilo general de la catedral es gótico tras su remodelación, se mezcla con el estilo románico de sus partes más antiguas y conserva el campanario, lo primero que se construyó de todo el edificio.

iStock
Palacio Episcopal
Su mezcla de estilos arquitectónicos marcan la idiosincracia del lugar. En el primer piso se pueden ver ventas de estilo gótico mientras que en el segundo otras de estilo renacentista. Además, a lo largo de los años ha tenido diferentes usos, desde ser la sede del ayuntamiento hasta actuar como teatro, o lo que es actualmente, la oficina de turismo y una sala de exposiciones.
Linterna de los muertos
Este monumento sigue siendo, hasta día de hoy, un enigma, pues aún no se sabe porqué se construyó. Destaca por su torre cilíndrica de estilo románico, que tiene unos 6,5 metros de diámetro y acaba con una cúpula puntiaguda.

iStock
Mansión Guisson
Considerado uno de los monumentos más destacables que se encuentran en el municipio, se restauró con delicadeza y dedicación para mostrar cómo vivía la nobleza. Formada por dos edificios que se conectan entre sí por una torre hexagonal, su interior está lleno de salas lujosas e increíbles muebles que transportan a la época.