
Este lugar fantasma fue la ubicación no sólo de la estación de esquí más alta del mundo, sino también del restaurante más alto del mundo, que aún ostenta el récord Guiness. De hecho, también tuvo el honor de ser la única estación de esquí de Bolivia antes de que se derritiera el Glaciar Chacaltaya, hecho que supuso la muerte del negocio, inaugurado en el año 1930.
A 5.339 metros sobre el nivel del mar, la estación era más alta que el campamento base del monte Everest. Pero en los noventa, los científicos predijeron que el glaciar desaparecería, y para 2009 ya no quedaba rastro de él. En la actualidad residen en el refugio dos hermanos, Adolfo y Samuel Mendoza, que siguen sirviendo comidas a los pocos turistas que se acercan a admirar el complejo fantasma.
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