La Reserva Nacional de Phu Sing, ubicada en la provincia tailandesa de Bueng Kan, esconde entre su vasta extensión una formación rocosa que cada año atrae a miles de visitantes por su curiosa forma y su larga historia en el tiempo. Aunque esta región se escapa del habitual itinerario turístico del país, merece la pena desviarse para llegar al noreste y ver la belleza natural que ofrece el bosque de Phu Wua y el río Maekhong a su paso.
Hin Sam Wan significa ‘la roca de las tres ballenas’ y es el nombre que recibe esta formación rocosa que se extiende a lo largo de 1821 hectáreas sobre una montaña de arenisca. La cadena rocosa de Phu Thok Noi, reconocida como una de las maravillas geológicas más importantes de Tailandia, es la única de su tipo en el país, ya que indica que hace 75 millones de años esta parte de Tailandia era un desierto.

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Visto desde el cielo, este monumento natural parece una familia de cetáceos que nada en grupo, motivo por el que fueron bautizadas con este nombre. Una red de nueve senderos se extiende a su alrededor, y las vistas desde Hin Sam Wan ofrecen un espectáculo que abarca desde las playas de Mekong hasta las montañas del distrito de Pakkading en Laos, sin olvidar el bosque que se extiende a su alrededor.
Como curiosidad, la reserva de Phu Sing también esconde otras sorpresas rocosas, pues otras formaciones del lugar guardan similitud con animales, como elefantes, pero también con figuras y rostros humanos, además de otros más fáciles de distinguir, como el relieve que caracteriza la superficie de la Luna.