Cada 354 días, la Luna completa sus doce ciclos de fases lunares respecto la Tierra, y es entonces cuando millones de chinos se trasladan a lo largo y ancho del país para reunirse con sus seres queridos, en la que es considerada la mayor migración humana del planeta. A ese ajetreo se le suman cantidad de fiestas y ritos, y uno de los más espectaculares se encuentra en Pingxi, en las afueras de Taiwán.
Allí se concentran personas venidas de todas las partes del mundo para lanzar al unísono miles de farolillos de luz. El cielo, entonces, queda alumbrado por un mar de luces cálidas, símbolo en la cultura china de paz y buen augurio. En un intento por comunicarse con los dioses que viven en el cielo, cada persona escribe en el farolillo sus propósitos de año nuevo.
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