Presidiendo la localidad serbia de Novi Sad, la fortaleza de Petrovaradin es una obra de ingeniería en toda regla: sus 112 hectáreas cuentan con un sistema único de galerías subterráneas, de unos 16 kilómetros de longitud, cinco puertas de acceso, 12.000 aspilleras y espacio para 400 cañones. También cuentan con un reloj en el campanario que se vislumbra de lejos, con la peculiaridad de que su aguja del minutero es más corta que la que marca las horas. Sus grandes dimensiones han hecho que desde el año 2001, sea la seda de Exit, uno de los mayores festivales de música del sudeste de Europa.
Más ubicaciones exactas.