Entre 1998 y 2003 fueron los edificios más altos del mundo pero la posterior relegación a posiciones inferiores en el ranking no les ha quitado ni un ápice de espectacularidad a estas imponentes torres. Construidas en Kuala Lumpur, alzar la vista bajo sus 452 metros de altura es una experiencia que quita la respiración al viajero.
Uno de los mejores lugares desde el que avistar el amanecer entre estas torres gemelas es en el Mandarin Oriental. Encuadrar el sol cuando se eleva entre las dos torres y buscar la mejor toma se traduce una imagen casi insuperable de una de las construcciones más impresionantes del planeta.