De icono comunista a ruina moderna

La Pirámide de Tirana se ha convertido en un obsoleto edificio inútil en medio de la ciudad.

Pirámide chunga

Esta descripción podría ser aplicable a decenas de monumentos de la antigua URSS, pero en el caso de Tirana es más escandaloso si cabe. Sobre todo, porque alcanza las más altas cotas de egomanía totalitaria e ignominia. Creada con el fin de recordar al dictador Enver Hoxha y diseñada por sus hijos, esta curiosa estructura perdió su utilidad como museo/homenaje a dicho líder con la llegada de la democracia. Fue entonces, en 1991, cuando se transformó en un centro de convenciones y, durante la guerra de Kosovo (1999) acabó siendo usada por la OTAN como centro de operaciones. La guerra terminó por avejentar su aspecto (ya de por sí anacrónico), lo que unido al odio generalizado de los albaneses hacia Hoxha ha hecho que quede en pie como un símbolo de la vergüenza.