En un lugar idílico del centro de Europa, una localidad goza de una gran fama por dos motivos: sus cascadas y sus relojes de cuco. Poco más de 5.000 habitantes duermen tras los muros de las elegantes y coquetas casas de Triberg, un pueblo de Alsacia rodeado de una gran cantidad de fábricas de este tipo de relojes y ubicado en plena Selva Negra de Alemania.
En la localidad se pueden encontrar numerosas tiendas dedicadas a este artilugio tan característico de la zona, lo que supone un perfecto souvenir para sus visitantes. Por otro lado, estos no pueden perderse la casa de los 1.000 relojes, una tienda que alberga esa gran cantidad de ejemplares para maravillar a todos aquellos que se sientan atraídos por la curiosidad. Los precios, los tamaños, los detalles y la antigüedad de estos son de una gama muy amplia y para todos los gustos.

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Para saber más sobre la historia de estos artilugios, el museo de cultura del lugar brinda la oportunidad a los visitantes de saber por qué este negocio tan peculiar se ubica en este paraje alemán. También se encuentra en el pueblo una de las tiendas taller más antiguas, que realiza los relojes de cuco más pequeños del mundo, lo que contrasta con su opuesto: el considerado como mayor reloj de cuco.
Este es el de Eble Uhren-Park, ubicado en las afueras del municipio, de 4,5 metros de largo y ancho y 150 kg de peso. Aun así, otros pueblos de los alrededores también albergan algún que otro reloj de estas características que le va a la zaga, como el de Weltgrößte Kuckucksuhr. Para ver su funcionamiento desde dentro es posible adquirir una entrada y admirar sus engranajes y la maquinaria que los mantiene en movimiento.
Y para los que sigan interesados en indagar más en el tema, existe una ruta alemana del reloj que pasa por algunos de los lugares más bellos de la Selva Negra.