
A simple vista puede parecer que el diseño de esta iglesia luterana está inspirado en un cohete, pero no es ese el origen de su forma. Con 73 metros de altura, presume de ser el templo religioso más alto de Islandia, visible a 20 kilómetros a la redonda. La medida fue una exigencia del parlamento islandés, que exigió que tuviera una altura suficiente para transmitir señales de radio. A diferencia de muchas iglesias católicas, la Hallgrímskirkja no rinde culto a un santo, sino al clérigo y poeta islandés Hallgrímur Pétursson.
El arquitecto, Guðjón Samuel, la diseñó en 1937 pero no fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial que se comenzó a construir, finalizándose en 1986. Alzada en el centro de la capital, Reikiavik, el estilo de la iglesia se inspiró en las formas que crea la lava cuando se enfría sobre las rocas de basalto. El arquitecto quiso de esta manera buscar una forma peculiar de arquitectura islandesa, uniendo la naturaleza volcánica del lugar con la construcción. Su interior es sobrio y poco recargado, y sirve de escenario para eventos artísticos, como conciertos.
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