Como dice el refrán, una golondrina no hace verano pero en este caso, una cruz sí hace una iglesia. Diseñada en 1989 por el ganador de un premio Pritzker, Tadao Ando, la iglesia de la luz se encuentra en Ibaraki (Japón) y es la principal de dos capillas casi anexas. La austeridad, la simpleza y el minimalismo se funden aquí para crear una composición entre luz y oscuridad, lleno y vacío.
Construido solo a partir de cemento, su parte más reconocible es la abertura que se hace en él en una sus caras. La incisura deja pasar la luz del exterior y crea una cruz omnipotente que ilumina la capilla, actuando al mismo tiempo como ventana y como el único símbolo religioso de la sala. Por otro lado, los bancos están hechos de las diferentes partes del andamiaje que se utilizaron durante su construcción. Porque como decía otro arquitecto, Mies Van de Rohe, menos es más.
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