En 1973, en esta zona de la Laponia finlandesa, en pleno círculo polar ártico no había nada más que bosque y nieve. Ese año, Jussi, el fundador del Kakslauttanen Artic Resort decidió acampar al raso y al momento quedó maravillado por el juego de luces que se vislumbraba justo encima de su cabeza. En ese instante decidió que allí mismo construiría un pequeño hotel para que todos pudieran disfrutar de aquel espectaculo natural. Tras casi 40 años, el Kakslauttanen es un resort que cuenta con diferentes tipos de alojamientos aunque el más curioso son los iglús de cristal donde observar la aurora boreal sin salir de la cama.
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