En el archipiélago de las islas Izu se encuentra Miyakejima, en el sudeste de Japón. Aunque a simple vista esta isla no parece diferente a las demás, la realidad es otra. A lo largo del siglo XX, este lugar ha sufrido un gran número de erupciones del volcán Oyama, lo que hizo que su pequeño núcleo de población tuviese que llevar siempre una máscara de gas. Esto se debía a la toxicidad de las toneladas de dióxido sulfúrico que provenían del volcán. Aunque aguantaron largo tiempo, el 14 de julio de 2000 se produjo una erupción de tal magnitud que fue necesario evacuar a los más de 3.600 residentes, reubicados en su mayoría en Tokio.
Pocos días después se produjeron varios terremotos, la isla se declaró oficialmente abandonada y los aviones que sobrevolaban la isla fueron desviados por los altos niveles de azufre. En 2005, y progresivamente, los ciudadanos pudieron volver a la isla con la condición de utilizar las máscaras de gas. Desde 2008 solo son obligatorias cuando los niveles de azufre son elevados, y la isla se ha convertido incluso en una atracción turística. Debido a que la amenaza del azufre sigue en el aire, es obligatorio que los visitantes adquieran una máscara de gas al llegar y que la lleven siempre puesta cuando estén en lugares alejados del sonido de las alarmas. De hecho, este objeto se ha convertido en el souvenir estrella del lugar.
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