El mundo distópico de Blade Runner (1982) marcó un antes y un después en el cine de ciencia ficción. Ridley Scott ambientó esta historia policíaca de androides con sentimientos humanos en un Los Ángeles donde siempre llueve y es de noche, con coches que vuelan entre rascacielos iluminados por vídeo-anuncios.
Rick Deckard, el expolicía y blade runner (cazador de androides) que interpreta Harrison Ford, se mueve como pez en el agua por calles caóticas y puestos de comida china cuyo olor y consistencia podrían atravesar la pantalla. El retiro de este héroe solitario es un apartamento oscuro, con cortinas de persiana, en la planta 97 de un rascacielos en medio de la ciudad.

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En la película aparece otro edificio más interesante, con ascensor de jaula y barandillas de hierro, al que Deckard llega tras la pista de J.F.Sebastien, un diseñador de androides tímido y solitario. Es el Bradbury Building. Este lugar tenebroso acaba siendo el escenario del momento clímax de la película, donde el replicante Roy Batty se encuentra con Deckard y acaba muriendo en la azotea tras su magnífico monólogo Lágrimas en la lluvia.
El Bradbury Building se localiza en el centro de Los Ángeles, en la calle Broadway esquina con la 3th, frente al Grand Central Market. Su visita es libre, aunque no se puede subir a los pisos superiores.

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Construido en 1893 por encargo del millonario Lewis Bradbury para alojar oficinas, es una de las escasas obras arquitectónicas antiguas que conserva la ciudad de Los Ángeles. Su fachada de ladrillo esconde un interior de estilo victoriano, con un patio iluminado por un precioso lucernario, barandillas de hierro forjado y los mismos ascensores de jaula que se ven en la película.
En el Bradbury Building también se han filmado escenas de Chinatown (1974), de Polanski, y de la oscarizada The Artist (2011).