Cinco cúpulas doradas asoman camino a Altea Hills (sí, el Beverly Hills de esta ciudad alicantina), advirtiendo de la llegada al Templo del Arcángel Miguel, una iglesia ortodoxa rusa que puede presumir de ser la primera del estado español. Aunque había espacios de culto, estos habían sido reconvertidos. Con el fin de la Guerra Fría, los pueblos costeros del norte de Alicante se hicieron populares entre la población rusa, que llevaron a este rincón de la Costa Blanca la religión de su país de origen.
En 1996, Mikhail Botsko compró un terreno en las afueras de Altea, ya con fines religiosos, pero no sería hasta 2007 que se pudo inaugurar el Templo del Arcángel Miguel tras años de peticiones de permisos. El resultado fue una réplica de otra iglesia ortodoxa rusa del siglo XVII realizada con materiales traídos desde Rusia, como madera de los Urales. Hoy, se ha convertido en uno de los atractivos de todo viaje a Altea.
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