En el oeste de Australia, cerca del pequeño pueblo de Cervantes, se encuentra uno de los fenómenos naturales más sorprendentes del mundo. Se trata del lago Thetis, una laguna cubierta por decenas de insólitas rocas redondeadas. Las estructuras en forma circular tienen su origen en los fósiles vivientes que han estado produciendo oxígeno durante miles de años, y que han logrado sobrevivir gracias a la alta salinidad del lago.
Estas singulares estructuras llamadas trombolitos y estromatolitos son muy difíciles de encontrar, por lo que estas manchas grises del lago Thetis resultan, aún más si cabe, cautivadoras. Tanta es su riqueza que atrapa a cientos de viajeros cada año para ver en primera persona uno de los elementos más inusuales del planeta. La mejor manera de apreciar estos fósiles vivientes es visitarlos durante los meses más secos, cuando se encuentra la marea baja.