Bagan es, sin duda, el tesoro más preciado de Myanmar. Y no es para menos. Este país del sudeste asiático está cambiando y, con el, su recinto arqueológico. Sus más de 4000 templos, 2000 de ellos en el recinto, acaban de entrar en la lista de la UNESCO como Patrimonio Mundial. La mayoría pueden ser visitados, pero el que se lleva la palma por ser el más grande es el Dhammayangyi Pahto, construido en el siglo XII. El atardecer es el momento ideal para adentrarse a este mundo de tierra rojiza salpicada por la vegetación y de las pagodas levantadas alrededor de los siglos XI y XIV por los reinos que dominaban la cultura y la religión, principalmente el budismo.