
A veces para destacar viene bien un poco de color. El resto es cuestión de Instagram, la red social capaz de encumbrar en el top ten de popularidad localizaciones del mundo a golpe de 'likes'. Es lo que ocurre con Manarola, que construido en el borde del acantilado, donde las casas se apiñan como en una cascada colorida, se ha convertido en uno de los paisajes más famosos de Italia. Manarola forma junto a Riomaggiore, Corniglia, Vernazza y Monterosso una constelación de pueblecitos con ubicación tan inverosímil como bella, encaramados a las rocas, sobre el azul del Mediterráneo.
A este rincón de costa de la región de Liguria se le conoce como Cinque Terre. Desde 1999 es uno de los parques naturales más visitados de Italia, pero la zona de difícil orografía se mantuvo relativamente aislada hasta mediados de los años 60, cuando llegó el boom turístico. Hoy la región tiene el brillo que le concede haber sido declarada Patrimonio de la Humanidad. Así son miles de turistas los que llegan hasta Manarola buscando la postal perfecta que resume la belleza decadente y marinera de Cinque Terre.