El mayor glaciar de los Alpes

Tres montañas legendarias de Suiza vuelcan sus nieves en la masa de hielo más gruesa y extensa de los Alpes. La mejor vista se obtiene desde tres miradores accesibles en telecabina.

Glaciar Aletsch

Cuatro miradores se asoman al mayor glaciar de los Alpes desde el cantón suizo del Valais: Hohfluh (2227 m), Moosfluh (2.333 m), Bettmerhorn (2.647 m) y Eggishorn (2.869 m). Se accede desde la estación de esquí Aletsch Arena, con una amplia red de remontes que conectan con tres pueblecitos por los que no circulan los coches.

El glaciar Aletsch tiene 79 km2 de extensión, 20 km de longitud y 800 m de profundidad. Desde los años 80 y a causa del cambio climático, su retroceso se ha agravado hasta llegar a perder 20 cm de grosor al día en verano, lo que equivale a unos 4 o 5 m al año. El glaciar y el bosque centenario de Aletsch, junto con los picos Jungfrau, Mönch y Eiger, fueron declarados Patrimonio Mundial por la Unesco en 2001.

Desde el mirador Eggishorn se puede contemplar la inmensa lengua del Grosse Aletschgletscher desde su inicio, bajo los picos Jungfrau, Mönch y Eiger, que emergen al fondo. Otro telecabina sube hasta el balcón de Bettmerhorn, que también se asoma al tramo alto del glaciar y cuyo restaurante panorámico regala una vista de la muralla de picos que separa Suiza de Italia. Destacan el Dom (4545 m, la cumbre más alta del país) y el Matterhorn (4478 m).

De los otros dos miradores, el más interesante es el de Hohfluh porque de ahí parte la ruta con raquetas que lleva hasta el bosque de Aletsch, el otro tesoro natural de la región. Es uno de los bosques más antiguos de Europa, con árboles de 800 años y está protegido desde 1933. La ruta con raquetas acaba en la Villa Cassel, que acoge desde 1976 un centro de educación y conservación de la naturaleza en el que se explica la formación del glaciar y la biodiversidad de la zona.