A escasos minutos del aeropuerto de Mostar, en Bosnia Herzegovina, se encuentra Vrelo Bune, la fuente de la que fluye el río Buna, conocido como el manantial fluvial más grande de Europa. Sus aguas frías nacen bajo acantilados de 200 metros sobre los cuales se levanta la fortaleza de Stjepan grad, una ciudad fortificada del siglo X.
A sus pies, y rodeada de naturaleza, el agua crea un paisaje idílico en el que destaca el monasterio sufí de Blagaj, de estilo barroco clásico, con más de 600 años de antigüedad, y conocido también como Tekke o la Casa de los Derviches, que responde al tipo de culto que en él se profesa, aunque está abierto a todos los visitantes.
El pequeño conjunto arquitectónico es un reducto otomano de piedra y gran encanto que se alzó en un momento en el que la zona constituía un lugar perfecto para refugiarse del ataque de los enemigos. Es por eso que las casas tienen una característica distintiva, pues sus patios fueron edificados con tal de preservar la privacidad de sus vecinos y el difícil acceso.
Rodeado de un entorno natural que es el hábitat de 170 especies de aves y de una flora muy diversa, el monasterio, construido en madera, alberga las tumbas de dos derviches tayikos del siglo XV, que miran hacia el manantial de limpias y frías aguas donde también se puede navegar e incluso adentrarse algunos metros en la cueva de donde surgen.
Más ubicaciones exactas.