Parece un paisaje falso, incluso irreal. Y sin embargo, es una combinación perfecta de elementos, accidentes geográficos y casualidades en la exótica isla de Java. Por un lado, está el salto del río Glidik, que al llegar a este cortado de más de 120 metros de alto se dispersa y se precipita creando una cortina de agua de aspecto bucólico. No en vano, en javanés Tumpak Sewu se podría traducir como "Mil cascadas" en un topónimo que no requiere de mucha explicación.
A la belleza propia de una cascada de estas características hay que sumarle otro elemento, el volcán Semeru, la montaña más alta de toda la isla. Este gigante de lava protege el paraje como si fuera un guardián que en este punto sustituye el magma líquido por el agua. Y entre medias, unas laderas desnudas que rompen en selva, haciendo que la postal sea bipolar... y muy atractiva.