Situada a más de trescientos metros de altura, una plataforma de vidrio de casi ochocientos metros cuadrados cuelga del peñón de Gibraltar, o lo que es lo mismo, el equivalente a cuatro pistas de tenis. Desde ese punto estratégico, que sigue generando polémicas entre España y Reino Unido, es posible observar el continente africano con nitidez. Justo a sus pies, una extensa red de túneles se abre paso por la roca. Son los pasadizos que excavaron los británicos al comienzo de la Segunda Guerra Mundial y por los cuales llegaron a transcurrir hasta 16.000 soldados.
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