
Mientras el Monte Everest concentra cada vez a más alpinistas que ambicionan alcanzar su cima, el Gangkhar Puensum se mantiene como la última de las grandes montañas que todavía no ha sido escalada. Su cima es algo así al punto de inaccesibilidad del montañismo internacional. Y parece ser que así va a seguir durante muchos años más.
También conocido como Gangkar Punsum, se trata de la montaña más alta de Bután (7570 metros). Una zona de cartografía complicada, en el límite con el Tibet y China. Tanto que el primer equipo que trató de subir la cima en 1985 fue incapaz ni siquiera de llegar a la montaña, distante la cuenca por la que trataron de acceder unos 15 kilómetros del pico.
Tras la apertura de Bután para el montañismo en 1983, varias expediciones intentaron escalar la montaña sin éxito. La última de ellas se produjo en octubre de 1986, pero la expedición liderada por Steve Berry se encontró con un fuerte viento que detuvo su progresión a unos 6.850 metros. En 1994 Bután volvió a prohibir escalar sus montañas por respeto a las creencias locales. Algo que asegura que el Gangkhar Puensum siga siendo uno de los pocos picos vírgenes del mundo.