
Presidido por una gran noria, este espacio del barrio berlinés de Plänterwald rebosa historia por todos los costados. Fue uno de los primeros que construyó la República Democrática de Alemania (RDA), coincidiendo con el 20 aniversario de su fundación. Desde su inauguración, fue un lugar de afluencia masiva, que llegó a registrar más de un millón de visitas anuales. Pero dos décadas más tarde, con la reunificación de Alemania, el parque cambió de manos y pasó a llamarse Spreepark dada su ubicación cercana al río Spree. La mala gestión y acumulación de deudas hizo que ya en el siglo XXI, el parque tuviera que cerrarse. Desde entonces, se han hecho visitas guiadas temporalmente que mantienen vivas a las numerosas esculturas de animales que todavía lo ocupan.
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