Era 16 de julio de 1900 cuando empezaron las obras en el lugar. Un año después, el 29 de octubre, se procedía a inaugurar oficialmente el parque de atracciones de Tibidabo, en Barcelona, que en sus inicios contaba con juegos de bolos, espejos, autómatas, columpios e incluso una estación de palomas mensajeras, además de actuaciones. No fue hasta 1921 que se inauguró la Atalaya, una de las atracciones más famosas del parque junto al avión, que se instaló en 1928 y que era una réplica del que hizo el primer vuelo de Barcelona a Madrid.
A partir de los años 50 proliferan otros atractivos: se crea la Casa de las Sorpresas, el Castillo Encantado y los gigantes del Tibidabo, entre otras instalaciones, que se fueron modernizando, eliminando y supliendo por otras nuevas en la década de los 80, cuando se bautizó el lugar como La Montaña Mágica. Cien años después de su apertura, la sociedad quiebra y pasa a manos de la administración, que hasta ahora ha gestionado el parque de atracciones, en el que se han incluido recientemente el Giradabo, la Tibicity e incluso una zona de aprendizaje.
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