
Según la leyenda maorí, estas rocas ubicadas a 40 km al sur de Oamaru, en el pequeño pueblo de pescadores de Moeraki, son calabazas de la gran canoa Araiteuru que fueron arrastradas a la costa cuando esta naufragó hace cientos de años en Nueva Zelanda. Sin embargo, los estudios científicos muestran que estas rocas son formaciones de calcita y tienen más de 65 millones de años. ¿Qué las hace especiales? Su proceso de creación, de más de cuatro millones de años, fue parecido al de las perlas: en ambas la cristalización de calcio y carbonatos alrededor de partículas cargadas las formó gradualmente. El paso del tiempo y la erosión ha hecho que acaben formando una postal de piedras redondeadas que, dependiendo de la marea, se vean al completo o simplemente dejen al descubierto su parte superior.
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