
¿Es un cenote? ¿Es una playa? En realidad es una mezcla de ambas. Se trata de la piscina natural de Hamilton, ubicada a 40 kilómetros de Austin, la capital de Texas (Estados Unidos). Durante miles de años, el río subterráneo que fluye por esta zona fue desgastando la roca caliza hasta dejar a la vista esta impresionante obra de la naturaleza. El musgo se adhiere a la roca cerrando el lugar con una capa aterciopelada. Mientras, el agua llena los quince metros de profundidad de la balsa, acompañado por un rincón de arena fina y un paraje casi selvático. Para más inri, de los balcones superiores caen varias cascadas que hacen el entorno aún más idílico si cabe.
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