El hito sucedió en 2016, cuando lo esquiadores italianos Ivan Origone (con 254.958 km/h) y Valentina Greggio (con 247.038 km/h) se convirtieron en las personas más rápidas del mundo sin recurrir a una fuerza motora extra. Y el lugar no fue otro que el sector del Foret Blanche de la estación alpina de Vars, un conjunto de remontes que cuentan con 1100 metros de desnivel, lo que permitió que este récord se batiera.
Más ubicaciones exactas.