
Copenhague necesitaba una nueva planta de incineración de residuos, y no una cualquiera. Para asegurarse de que fuera un proyecto innovador, le encargaron el diseño al estudio de arquitectura danés BIG, que quiso ir más allá y hacer un tres en uno: planta de reciclaje, pista de esquí y centro de educación medioambiental. Este último, de 600 metros cuadrados, se utiliza para visitas académicas, talleres y conferencias sobre sostenibilidad.
La planta de reciclaje aspira a convertirse en la iniciativa ambiental más grande del país, una planta de conversión de residuos en energía más limpia del mundo. El edificio, el más alto de la ciudad, alberga la primera pista de esquí de Dinamarca. Durante los meses de verano se puede usar para caminar, como gimnasio, para hacer escalada o simplemente disfrutar de las vistas de la ciudad. En invierno, la nieve permite esquiar por sus más de 500 metros de pistas.
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