
El río Tuo es la arteria principal por la que discurre la vida en Fenghuang, el pueblo situado en la provincia de Hunan, al sur de China. Las casas de madera se agolpan a ambas orillas del río de tal manera que el agua termina justo donde empiezan las construcciones. Los tejados a dos aguas con detalles inconfundiblemente orientales se sustentan sobre vigas de madera raídas por la humedad y pilares de bambú esqueléticos. En esa maraña arquitectónica, los templos y los palacios se confunden con las casas de los campesinos que viven principalmente de los campos de arroz cercanos y los puentes se suceden uno detrás de otro a lo largo del río. Desde el más simple, construido a base de piedras planas a ras de agua creando la ilusión óptica de estar caminando por encima de ella, otros más elaborados como el majestuoso puente Hong, que parece bordado en guipur y adornado por los típicos farolillos rojos bombori, hasta el puente palaciego. Este último, sustentado sobre arcos de piedra, tiene una cubierta de madera de dos pisos que recuerda al Ponte Vecchio de Florencia. Y es que al igual que el famoso puente florentino, en su interior también hay pequeños negocios.
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