Ubicación Exacta

El primer cementerio protestante de España

Fue construido en 1831 y en él se encuentran tanto las tumbas de personalidades destacadas como de anónimos navegantes muertos en naufragios.

UbEx cementerio protestante de Málaga

shutterstock

El Cementerio Inglés de Málaga o cementerio de San Jorge está situado en el centro de Málaga, cerca de los Jardines de Pedro Luis Alonso y la Plaza de Toros de la Malagueta. Fue Mr. William Mark (cónsul británico a partir de 1824) quien promovió su construcción tras ser testigo de cómo eran los enterramientos no católicos en la época en Málaga: puesto que los cementerios estaban santificados a la fe católica, los cadáveres de quienes en vida no había profesado tal credo eran llevados a la playa de noche a la luz de las antorchas para ser enterrados de pie en la arena dejándolos a la merced de las olas y los perros. Los problemas éticos y de salubridad eran más que evidentes. 

¿Cuál es el origen del cementerio protestante de Málaga?

No eran pocos los protestantes que vivían en esa época en Málaga. Constituían una colonia de extranjeros procedentes en su mayoría de las Islas Británicas, fenómeno que se vio acrecentado durante el siglo XIX debido a la relevancia comercial e industrial de Málaga en la época. En 1877 la presencia de cerca de 300 personas de origen británico en la ciudad era suficiente justificación para tratar de encontrarles un lugar digno donde ser enterrados.

cementerio ingles de malaga d717ced7
Foto: CEMENTERIO INGLÉS DE MÁLAGA

Según el registro de enterramientos la primera persona que fue inhumada en el nuevo cementerio fue Mr. George Stephens, propietario del bergantín “Cicero”, que se ahogó en el puerto de Málaga en enero de 1831. Otra de las primera tumbas que albergó el cementerio fue la de Robert Boyd, el joven y romántico irlandés que acompañó al general Torrijos y que murió fusilado junto a él en 1831 en las playas de San Andrés. Además, en él descansan el poeta de la Generación del 27, Jorge Guillén; el británico Gerald Brenan y su esposa, la escritora estadounidense Gamel Woolsey, así como las víctimas alemanas del naufragio de la fragata SMS Gneisenau.

"Me parecía andar por un trozo de paraíso, por el más maravilloso de los jardines"

El célebre escritor danés Hans Christian Andersen narró su visita a este camposanto en 1863 en su libro Un viaje por España: “En los países nórdicos -escribió- cuentan de profundos y oscuros lagos que, de un modo extraño, atraen a la gente hacia sí, forzando finalmente al melancólico a arrojarse a su fascinante profundidad. Algo de esa extraña fuerza ejerció el cementerio protestante de Málaga sobre mí. Llegué a comprender por qué un lunático inglés se había quitado la vida para que lo enterrasen en este lugar. Gracias a Dios, yo no soy un lunático, sino que siento deseos de ver más de este bendito mundo, y no me quité la vida. Me parecía andar por un trozo de paraíso, por el más maravilloso de los jardines”.

Un recorrido rápido por el cementerio

El acceso al cementerio inglés de Málaga se realiza por una cancela metálica de doble hoja flanqueada por dos robustos pilares rematados por esculturas de leones de mármol. La reja de acceso está unida a un pequeño edificio neogótico que alberga la casa del guarda, actualmente destinada a la venta de souvenirs. El primer patio acoge el templo dórico tetrástilo, con sus diversos monumentos sepulcrales y tumbas. Entre ellos destaca el de la familia Mark, con su basamento cuadrado de piedra blanca, placas de piedra gris con diversos epitafios y una columna estriada de mármol rojo.

La segunda terraza alberga el monumento a Robert Boyd, un sencillo cenotafio coronado por una pirámide y adornado con flores y filacterias, y las tumbas de los marinos de la fragata alemana Gneisenau, los militares británicos y el australiano John MacGregor Maughan Patterson y la de Marjorie Grice-Hutchinson. Al núcleo primitivo se accede por un arco rebajado con lápida y cruz, albergando tumbas recubiertas de conchas, entre ellas la de Robert Boyd con lápida y relieve de mano de Dios padre sobre una nube en actitud de bendecir. En los alrededores se encuentra la lápida funeraria del siglo XVII sobre la que reposa el poema de María Victoria Atencia inspirado en la tumba de una niña llamada Violeta que murió con tan solo un mes de vida: «VIOLETTE 24-XII-1958 y 23-I-1959, ce que vivent les violettes» (Violeta, lo que viven las violetas).