El primer Monumento Nacional de España

La construcción guarda una historia relacionada con su construcción y conocida como la leyenda del topo

León

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El 28 de agosto de 1844 se produjo un hito histórico en España: la primera declaración de un lugar como Monumento Nacional. El honor fue de la Catedral de León, también conocida como ‘la Pulchra leonina’ (la bella leonesa) por el perfecto trazado de sus líneas y por ser un gran ejemplo del estilo gótico. El origen de este templo data del año 916, cuando el rey Ordoño II cedió su palacio real para erigir la catedral en su lugar, aunque no se terminó hasta el siglo XIII. Como otras construcciones religiosas de su estilo, está inspirada en la planta de la catedral de Reims, en Francia, por lo que se la conoce también como la catedral española más francesa.

Además de sus numerosas maravillas arquitectónicas y todos sus pequeños detalles, el templo católico también esconde una historia conocida como la leyenda del topo, según la cual la representación del pellejo de este animal colgando sobre la puerta de San Juan se debe a la caza de este animal, que fue un auténtico incordio para los constructores de la catedral por los numerosos agujeros que cavaba por las noches en el terreno.

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